Acto de Inauguración
- Mostrar todas
- Inauguración
Acto de Inauguración
La actividad cultural demostró cuánto se podía hacer en un centro de esa naturaleza. El director artístico del espectáculo inaugural fue Amaury Pérez( padre). Los ensayos se realizaban hasta que todo salía a la perfección. Los trabajadores del centro, los instructores de arte, corrían de un lado para otro, los maquillistas, los responsables de vestuario, del sonido, las luces no perdían ni un minuto y Celia allí, ultimando detalles, desde una jardinera hasta la merienda de estudiantes y trabajadores, o el cuidado que debía tenerse en cuenta en el recorrido que el distinguido visitante, acompañado del Jefe de la Revolución, realizarían por la escuela. Todo debía marchar como un reloj, pero nadie, absolutamente nadie, miraba la hora para abandonar lo que estaba haciendo, era una entrega total y absolutamente creadora.
Aquellos tiempos , dicen muchos, fueron “de oro” en el movimiento de artistas aficionados, no sólo entre los estudiantes en sus distintos niveles de enseñanza, sino en los Sindicatos, en las Fuerzas Armadas, lo que devino magníficos festivales a nivel de base, municipio, provincia y nación, que incentivaron la creación con resultados inolvidables. Algunos de estos artistas fueron luminosa cantera para el arte profesional.
Pienso que todo aquel movimiento fue un buen estímulo, para que en el caso de los estudiantes, tuvieran mejores resultados académicos. Por supuesto un alumno con deficiencias docentes, no podía dedicar mucho tiempo a estas actividades artísticas. Como todos querían participar, se esforzaban por alcanzar las mejores notas. Yo recuerdo espectáculos en la Lenin y en otras Escuelas, donde al final del mismo, participaba el estudiantado en pleno. Era algo muy emotivo que impresionaba a nuestros visitantes.
Esfuerzo muy significativo realizaron, los instructores de arte en las diferentes manifestaciones. Algunos verdaderos consagrados, con una entrega total, dispuestos a alcanzar los mejores éxitos en sus especialidades.
Había una estrecha relación entre este personal de la cultura y los centros educacionales. Era un colectivo bien unido, con intereses comunes y con objetivos muy precisos. Los resultados del trabajo, aunque nunca se creyeron perfectos, siempre dejaron un aliento de inolvidable fragancia.
Nada de esto se puede recordar sin mencionar una y otra vez a Celia Sánchez Manduley. Era increíble cómo una mujer con tanta responsabilidad en el país, podía estar al tanto, a nivel de detalle, de una tarea tan compleja como aquella en la que todos habíamos puesto nuestros mejores esfuerzos. Quería que la Escuela comenzara a funcionar sin ninguna dificultad. Apreciaba el trabajo con que se daban los últimos toques a los edificios. La decoración era para ella de suma importancia, los alumnos debían sentirse rodeados de arte de buen gusto, de colores que le propiciaran sosiego, base material de estudio que contribuyera a elevar el conocimiento, horarios inteligentes para aprovechar todas las potencialidades que el Centro podía ofrecer y estimular el deseo de amar aquella casa grande donde muchos adolescentes iban a pasar varios años de sus vidas.
Por: Juanita Conejero (CUBARTE)