Nuestro curso, al inicio, fué un curso bastante heterogéneo (tanto en cuanto a composición como a intereses). El decursar del tiempo y el roce cotidiano durante seis días a la semana y por 6 años consecutivos nos fué “homogenizando” de tal forma que nos ganó una individualidad de la que estamos (aún hoy) mas que orgullosos.
por: Julián Alberto Almeyda.
Dedicado a Annerys Echegarrúa, nuestra hermana , y que aunque no esta ya entre nosotros sigue siendo recordada con mucho amor.
Nuestra generación fue la ultima en sufrir o disfrutar eventos tradicionales en la Escuela, pero a la vez fuimos los conejillos de Indias en otras muchas actividades que o bien se impusieron definitivamente en la rutina escolar o desaparecieron por ser rotundos fracasos. Muchos de nuestros compañeros se fueron saliendo (unas veces voluntariamente y otras no tantas), otros, desgraciadamente ya no están físicamente entre nosotros. Muchas fueron las lágrimas que saltaron de nuestros ojos en aquella Graduación en el Cacahual, miles las promesas de encuentros próximos y las palabras de ánimo para aquellos que se iban lejos a estudiar las carreras escogidas. Estas forjaron la semilla que ha permanecido cuasi dormida muy dentro de nosotros y que al rememorar, luego de 15 años, estas memorias nos hacen sentir nuevamente aquellos jovenes de 11 y 12 años que un día dejaron sus casas, con la mochila al hombro, muchos sueños, pero también muchos temores para convertirse en jóvenes graduados de la Lenin.
Esta época fue la de descubrir un nuevo vocabulario que incluía conceptos que creíamos claros hasta ese momento. Por ejemplo:
– Rotar: ya no era el movimiento de un cuerpo sobre su mismo eje, en su lugar, rotar era ir en “fila india” a donde quiera que te mandasen: rotar para el docente, rotar para el comedor, rotar para la Industria de Radios, rotar para el Huerto o para Cítricos.
– Toto: Asi se llamaria el lugar que hasta ese momento habíamos denominado Taza de Baño, Retrete o cualquier otra cosa. Horror causaba el hecho de que te mandaran a limpiar totos el día de la limpieza general !!!.
– Trágico: Que Euripides ni Shakespeare!!! Trágico era aquel tipo o tipa que era trajinado (vejado, objeto de burlas, obligado a tracatanear y otras cosas por el estilo) Los hubo muy famosos en el curso … y así por estilo.
Con cuanto orgullo portábamos nuestro uniforme azul!!! Cuanto batallábamos para anudarnos la pañoleta lo mas abajo posible! o para no usarla del todo y hacernos pasar por estudiantes de Pre en las recreaciones. Como lavábamos, re lavábamos y metíamos en lejía nuestro monograma para que el “rojo encendido” del mismo no nos delatara como “nuevos ingresos”!!! Y aunque la época de los kiko plásticos ya habia pasado, ahora se imponía la de los zapatos colegiales y las botas Centauro, que tiempo después fueron remplazadas por las botas rusas con “punta de plomo”. Ya no se estilaban los pliegues de la plancha en las camisas o las blusas, tampoco las campanas del pantalón y de usarlos corrias el riesgo de recibir un “pitazo” con nombres y apellidos incluidos desde las ventanas del albergue, en el medio de la Plaza de Formación o desde el Docente: CHEO!!!!!!!!!!!!!!!.
Aun resuena en mis oídos aquella canción de Roberto Carlos (adorado por nuestra generación, pero no el único) de: “Ballenas” y esa otra que decía algo como:
“..el oro del año pasado subió sin parar, la bolsa agitada gritaba de otros valores, cuerpos extraños se ven: silenciosos, voladores..” mientras rotábamos hacia el Anfiteatro Central a nuestro inicio de curso. También recuerdo la cara de imbéciles que pusimos y la perplejidad que nos embargo cuando se ordenó dar el aplauso de la escuela y nosotros no sabiamos de que carajo estaban hablando, mientras ya resonaban el ritmico Clap clap clap de las “Hojas de Té” y que recién descubri era el aplauso de los Scout y de las Guías de Badem Powell.
Nuestra generación fue la última en conocer puntos de entrada y salida de pase (hasta entonces muy tradicionales) como: Ministerio de Comunicaciones (en la Plaza de la Revolución), Anfiteatro de Marianao (124 y 51) y Plaza Roja (en la Víbora). Fuimos los últimos en los que el régimen de internado iba desde el domingo en la tarde noche hasta el sábado mediodia, pues en su lugar aparecieron los pases viernes y sábado (según la semana laboral fuese corta o larga).
Tambien fuimos los últimos afortunados en tener recreación todos los miércoles, pues cuando se instauró la semana corta y larga unas “brillantes y concientes hermanitas” propusieron que si el pase era el viernes pues no tuviesemos recreación esa semana.
La justificación era que tuviésemos más tiempo “para estudiar”. Con ganas de “matar” a las ocurrentes y sin otra opción que acatar lo que ya tenia el Vto. Bno. de la Dirección y de la UJC, tuvimos que consolarnos con un día de recreación quincenal que ya nunca mas fué el Miércoles, si no el Jueves.
En Enero del 82, los muchachos del Pre empezaron a salir para la Escuela Pedagógica Salvador Allende pues se iban a empezar a reparar las instalaciones para los Juegos Centroamericanos y del Caribe, de los cuales iba a ser Villa la Escuela. Con tal razón nos mudaron desde nuestras Unidades de Secundaria (1, 2 y 3) a las del Pre (6,5 y 4) respectivamente. Nuestras chicas le dijeron adiós al A4 y al A5 para familiarizarse con los K y los varones vimos por ultima vez el B6 para ir a parar al J10. No teníamos ni la mas remota idea de que seria la despedida definitiva para el sistema de distribución de literas de 10 por cubiculo, taquillas verdes de palo con tohalleros de aluminio negro (“facilmente desmontables y multiusos”). En su lugar aparecieron los tabiques blancos y nuevas taquillas, banquetas y tohalleros (ya no tan facilmente desmontables). Ahora los cubículos tenían puertas, al igual que las taquillas, y el número de literas por cubículo oscilaba entre 4 y 5.
Pero todo esto no lo descubriríamos hasta Septiembre del 82 cuando entramos a nuestra “remozada” escuela para empezar nuestro 8vo. grado.
A fines de Abril del 82 volvimos a mudarnos. Esta vez porque las Unidades de Pre debían ser reparadas y entonces las clases las empezamos a recibir en la escuela Otto Parellada (San Agustin, Rpto Coronela) y en la Escuela de Idiomas Pablo Lafargue (La Lisa).
Locos de contentos recibimos la noticia de que los estudiantes de Ciudad de la Habana íbamos a estar externos mientras los de Isla de la Juventud y Habana Campo (los Wachos) estarían albergados en la Coronela.
Esta época no tuvo igual pues podíamos disfrutar de los placeres de la vida de la calle sin tener que esperar a los sábados o a las vacaciones para ello. Por lo pequeño de las aulas muchos grupos fueron fragmentados y muchos maestros perdieron pertenencias. (Referencia a Jose Luis (el Topo) de Matemática que perdió sus tizas y el borrador en múltiples ocasiones).
Al regresar a la Escuela tuvimos que re adaptarnos al régimen de internos y gozamos aun de la “retaguardia” que habían dejado las abundancias alimentarias de los Panamericanos (desgraciadamente solo por un corto tiempo). Las escuadras de limpieza y los encargados de la limpieza general (miércoles en la noche) tuvieron que limpiar tablas blancas y rodapiés de madera que habían sido insertados en la distribución interna de nuestros albergues. Aún me parece ver a Toja con una goma de borrar quitando las marcas de pie de la tabla blanca, mientras Yves y Edel restregaban con la escoba el rodapié. La meta era dejar el albergue impecable para la Inspección General del Subdirector de Internado (Marañón). Esta, junto a la inspección diaria, daba un puntaje que ubicaba en escalafón a los albergues de hembras y varones para la salida de pase y otros pequeños privilegios (Título de Albergue Modelo, Sobrecamas, etc).
Por este tiempo nos iniciamos en la ardua y difícil tarea de robar pan del comedor después de las 10 y media de la noche (HORARIO DE SILENCIO). Allí el que no corría con la caja de pan al hombro, se comía 8 o 9 panes con mantequilla. Quién de mi curso no se acuerda que el “dorador” que llevamos a Bacuranao (por la graduación de Secunadaria) salió de la mantequilla de esos famosos panes???. Recuerdo que todos temblábamos desde la Plaza de Formación, con el prieto Luis Tillman (Docente) organizando la rotación hacia las guaguas que nos llevarían a la Playa, y la caja de pan vacía balanceándose en el borde del alero de los albergues B.
Muchos nos dejaron al terminar la Secundaria. Bien para irse a los Camilitos (Guillermo, el Friky), otros para irse al pre de Ciencias Exactas “Mártires de Humbolth 7” (Asday y Alexis Bruno) Otros, simplemente para irse al Pre de la Calle porque asi se lo habían prometido sus padres o porque definitivamente no aguantaban el régimen de Internado. Pero la inmensa mayoría de nosotros decidimos encontrarnos, a la vuelta de las vacaciones, en la Unidad 6. Ya no usaríamos pañoletas, ahora solo sería corbata para el pase y para los actos importantes.
Ya podríamos fumar (fuera del aula y fuera del albergue), las recreaciones tomarían un tono mas subidito pues nos sentíamos mas adultos (aunque la mayoría estaba en los 15 o los 16), los sitios tradicionales para “apretar” se corrían de los bajos del Comedor al Jardín Botánico o sitios más rebuscados.
En las recreaciones se oía música más de moda: Chicago 17, Foreigner, Air Supply, Queen, Journey (no sabemos como empezaron a escucharse pues unos años antes aún se consideraba diversionismo ideológico el escuchar cualquier cosa que oliese a Rock o sonara Inglés).
Muchas parejas se formaron o se consolidaron en esta época. Algunas, incluso, se casaron mas adelante. (Ver Parejas famosas). Se afianzaron los lazos de amistad y nuestras relaciones con los contemporáneos de la Escuela adquirieron proporciones titánicas. Juntos asistimos a los Conciertos del Grupo Moncada en la Escalinata de la UH, nos agazajábamos y nos enfrascabamos en discusiones quasi filosóficas (con mucho de ímpetu y escaso conocimiento) mientras escuchábamos a Silvio Rodriguez y a Pablo Milanés. La semana en la escuela nos pasaba volando, anhelabamos que no llegara el Viernes y a veces queríamos que el fin de semana pasara mas pronto para re encontrarnos con nuestra “Familia de la Escuela”.
Nuestro 12 grado fue también un año de cambio. Por idea de quién sabe quién, todas las escuelas Vocacionales del Pais se convertirían en IPVCE (Instituto Pre Universitario Vocacional Especializado en Ciencias Exactas) Fuimos obligados a decidir entre Matemática, Biología, Química, Física y Electrónica. De acuerdo al promedio y la opción que habías seleccionado ya ha finales de 11 grado estaban los listados de los nuevos grupos. Reventaba la idea que tus socios de 5 años se fueran para otro grupo, hubo parejitas que tambien quedaron en diversos grupos. Aun más, los escogidos para Electrónica se irian para la Unidad 5 donde iba a estar el único grupo de la escuela de esa especialidad. Le dijimos entonces adios a Morúa, Ubaldo, William, Enrique Ernesto y a otros que formaron ese grupo. Al mismo tiempo se iban a Matemática: Sofia, Loraine, Laritza Barcas, Katia Gato. etc. Iban a Física: Consuelo Varela, Glorita, Fumero, Radosman, Rafael, Aguila, Sergito y Toja.
Química se quedaba con Lisseux, Ingrid, Gladys y Xiomara, entre otros. Mientras que Biología quedaba formado por Susana Chao, Felicia, Dagne, Julián, Curra, El Bolo, Ernesto, Fifa, Abigaín, Regla Cepero, Guianeya y otros muchos. A pesar que los grupos eran un mèlange de gente todos nos conocíamos de una forma u de otra. Las actividades afines a nuestras especialidades y la orientación vocacional nos unieron aun más. FUIMOS EL ULTIMO CURSO QUE SE EXIMIO DE PRUEBAS DE INGRESO PARA ENTRAR A LA UNIVERSIDAD!!!
Por fin llegaron Mayo y Junio del 87 y nuevos artefactos aparecieron en nuestras pertenencias. Unas agendas o libretas como sustituto que se convertirían en los autógrafos de la Graduación. Cámaras fotográficas, algunas viejas como rayo y otras mas modernas, pero todas nos permitieron captar en el papel momentos que ninguno de nosotros se ha atrevido olvidar.
Recuerdo que la SMENA rusa y del 72 de uno de mis compañeros produjo fotos increibles, mientras una NIKON (último grito de la moda) de Sarita nos dejo con el sabor amargo de dos rollos plenos de fotos “MOVIDAS”. Gracias a esos autógrafos, en los que unos te dedicaban dos párrafos y otros unas verdaderas noveletas cortas, que Maria Elena Rey pudo organizar el Primer Encuentro Cercano de nuestro curso en Septiembre del 2001, Ciudad de la Habana.
Quién nos diría que después de esa ceremonia en el Cacahual, donde todos recibimos nuestro Título de Bachiller, nuestras vidas tomaran rumbos tan divergentes?. Aunque muchos siguieron juntos en Medicina, en la Preparatoria, en el ya decadente y agonizante campo Socialista, en el ISCAH o en la CUJAE, otros no nos hemos visto desde hace ya 15 años.
El descubrir esta Web Page me ha hecho rememorar esas memorias divinas e incluso me ha permitido ponerme en contacto con varios de ellos. no puedo negar que la melancolia me carcomió el corazón, porque muchos como yo, estamos fuera de Cuba y no podemos visitar a nuestros compañeros o a nuestra escuela con la regularidad que queremos. Algunos estan en sitios tan distantes como Australia (Yunes), Italia, España (Morua, Addis, Lianet, Eric Martinez), Suecia (Ivan Hernandez, Fumero y Radosman), Finlandia, Inglaterra, Alemania, Argentina, Chile, México, Canada (Gena) o Estados Unidos (Tania Llorente, Ernesto, Frank Pavon, Aldo, Julian, Rafael , Aguila, etc) mientras otros siguen en Cuba.
Cada uno de nosotros escogió un camino en la vida, decidió lo mejor para su futuro y para el de sus familias, se ha forjado de un prestigio en el medio en que se encuentra. No importa que idioma esten hablando ahora o por que ideas esten abogando. No es nuestro papel el de erigirnos en jueces o el de criticar a nadie. Como miembros de esa gran familia que un dia fuimos y que hoy somos ojalá podamos reunirnos y compartir emociones, revivir nuestro pasado y alegrarnos por el futuro, pero siempre, SIEMPRE:
ESTAR ORGULLOSOS DE SER MIEMBROS DE LA 13a. GRADUACION DE LA LENIN.