Curso 1998-2001
Años de estudio: 1998-2001
Graduación XVII Aniversario
Me es difícil sentarme a escribir sobre la Lenin, sobre todo cuando estando en ella, hube de llenar cientos de cuartillas, tanto personales como oficiales. No obstante hago el dulcísimo esfuerzo y trato de responder en el apretado espacio de una hoja ¿Qué significó para mí la Lenin?
Al hablar de la Lenin, hay siempre una idea que me rodea, y fue Excilia Saldaña quien describió ese fenómeno. La Lenin es una escuela donde se cultiva, ante todo el amor y la amistad. Parece como si existiera una asociación internacional de la Lenin, personas que después de 1 mes, 5 años, 1 década o 20 o 32 años, hacen el aplauso de la escuela (sin equivocarse), hablan de un rincón o un pasillo, repiten frases repetidas por años, y ya no necesitan decir más: han encontrado una especie de altar ego, multiplicado en miles, que como ellos han vivido el sueño de la Lenin.
Este es el sitio de muchas primeras veces y del descubrimiento de mundos insospechados. La dramática diferencia entre el que entra en 10mo y el que se gradúa en 12mo, te recuerda que “ya se va (fue) aquella edad”. La Lenin es para mí; Silvio y The Beatles; es el casino (perdóname escuela, nunca lo aprendí a bailar) y la trova; es la libertad y la disciplina (a veces represión); es la militancia de la juventud y las discusiones políticas fuertes; es el hambre de los días habituales y el hartazgo de los días de congreso; es el grupo 9 y el albergue H2; es las novias (escasísimas, pero bueno) y las frustraciones; es el NTV y la lectura de prensa; es la cuartelería interminable (más interminable que la noche interminable, Dios te tenga en la gloria) y la rarísima forma de limpiar los pasillos; es el Anfiteatro Natural (nunca encontré las puertas), los aéreos (¿por fin dónde estaban las llaves?), el nicho (frustradamente esperé alguna fiesta en ese lugar… nunca hubo), el Cine (y “Resplandor”, por supuesto), el Gallo (posiblemente la única obra de Mariano que muchos graduados conozcan en toda su vida), la Biblioteca Central, el pasillo, el otro pasillo, y también el otro de más allá; es Francia y los franceses, y los canadienses, y las suecas, y los venezolanos, y los Presidentes (y todos aquellos extranjeros que fueron a parar a la Lenin); es Quivicán y aquellas BET en el campo… ¡de verdad!; es el uniforme azul y el monograma rojo (los míos, los más oscuros del mundo), y el bolchevique que casi nadie se ponía.