Curso 1973-1979
Años de estudio: 1973-1979
Graduación V Aniversario
Estudios realizados:
1984. Ingeniería Agroindustrial Azucarera
Profesión actual: Jefe de Recursos Humanos, Unidad Básica de Diseño de la ECME.
Más de veinte años rememorando siempre los tiempos de estudiantes en esa Ciudad Escolar de Sueños, de la cual fuimos la primera generación que empezó desde 7mo siendo niños y saliendo casi adultos, donde la mayoría se enamoró allí por vez primera; nunca falta quien comenta que somos una especie de Masones o algo así, y no se equivocan en el calificativo, todavía nos preguntamos cual es la Química que existe para que actuemos de esta manera, quizás en este testimonio de apretada síntesis esté la respuesta.
Realmente tenemos todos, o casi todos, ese sentido de pertenencia que nos une, que nos atrae, que nos reconoce en la calle, que nos hace sentir más que orgullosos de haber estudiado y vivido los mejores años de estudiantes en la Lenin. Los momentos vividos de 7mo a 12 grado no fueron siempre color de rosa, nos marcó (para bien mas que para mal), la rectitud y la disciplina militar que rozaban los límites de una escuela de oficiales de alta graduación: nos levantaban a las 6 de la mañana con la voz del Dúo Los Compadres con su ¨Amanecer Cubano¨ y para martirizarnos aún mas, el impecable ¨…¡¡¡De Pie!!!!… en el altoparlante portátil del profesor de guardia, o de La Teacher con sus gritos. Tras 5 minutos de odiosa Gimnasia Matutina, teníamos solo 15 minutos para estar de Completo Uniforme o Ropa de Trabajo en una de las tantas y enormes Plazas de Formación, o en su defecto el kilométrico Pasillo Central si estaba lloviendo, para ir marchando al comedor, pregonando consignas y contando en cadencia 1,2,3,4 en diferentes idiomas, en franca competencia entre Batallones y Compañías, con los ¨kikos plásticos¨ echando humo de tantos zapatazos y algún que otro desmayo ante la cruel Infantería a que nos sometían Rafael Bell, Magdalena Fresquet, Max Menéndez, Leovildo Diago, Samuel Payne y Héctor Chicuén al frente, junto al súper respetado ¨Guerrero¨ y algunos Instructores, estudiantes del antiguo 13 grado que se lucían con nosotros, entre ellos Teresa, Carlos Díaz y ¨El Bicho¨. Parecía que los flotantes o aéreos nos caerían encima con jardineras y toda la gente que transitaba a diario por allá arriba. Este método militar fue usado durante unos años para ir al comedor 3 veces al día, para ir a las aulas, al trabajo y al autoestudio nocturno de 8 a 10 de la noche, además de las inspecciones militares sorpresivas y generalmente a las 10 de la noche cuando ya teníamos que apagar las luces de los albergues; las camas tenían que estar bien tendidas, cada persiana limpia y las taquillas sin un ápice de polvo pues nos ponían los desagradables reportes en el carnet de conducta. Solo 1 día a la semana tuvimos para la Recreación donde escuchábamos a escondidas la “Dobliu” y las canciones de famosos solistas del momento como Barry Manilow, Billy Joel y los Grupos Bonny M y ABBA, o The Eagles con su “Hotel California” que se nos convirtió en un himno.
En el mandato de Sonia Romero como Directora General, surgió la ¨Genial Idea¨ de cada viernes, a las 5 a.m., (para dar muestra de organización, movilización y despliegue ordenado de los 4500 alumnos que éramos), un Matutino General en el Anfiteatro Natural, el mismo lugar donde se efectuó la Inauguración Oficial el 31 de enero de 1974, en la que vimos (entre otras tantas de sus visitas) al Comandante en Jefe Fidel Castro y al Secretario General del PCUS, Leonid I. Brezhnev. Vimos actuar en el mismo escenario al Grupo Moncada, Irakere, Consuelito Vidal, el debut de Xiomara Laugart y Donato Poveda. La visita de Joan Manuel Serrat hizo historia y dejó huellas sobre todo en las hembras de entonces. A menudo se suspendía momentáneamente cualquier actividad que estuviéramos realizando, para darle la bienvenida a Presidentes y Personalidades con nuestro inconfundible y bien arraigado Aplauso de la Escuela, del cual hasta hubo versiones con los pies en las infanterías de rutina.
Trabajar, de acuerdo al sistema Estudio-Trabajo, en lugares como el Huerto Escolar (Gigantesco), la Fábrica de Radios, de Pilas ¨Yara¨, la Industria Deportiva, el Autoservicio, la Fábrica de Antenas, de Computadoras CID, la Agricultura, la Limpieza de Pasillos, etc., nos educó desde los 12 años en el sentido de la responsabilidad y el sacrificio. Fueron nuestros primeros Centros Laborales, supervisados solo por algunos trabajadores.
No pudimos quejarnos en los primeros años de la calidad del almuerzo, comida y meriendas; capturar esta última se convirtió en una verdadera odisea a partir de 10mo grado y el que lograra coger un vaso de malta en aquellas moloteras sin que se lo derramaran era un verdadero héroe. En cuanto a la cantidad, para los varones llenarnos la barriga en los últimos grados era un problema, lo que provocó las inevitables incursiones al comedor después de las 10 de la noche en busca de lo que fuera, siempre bien custodiados por famosos guardaespaldas. No faltaban la leche, el yogurt, helados de cremas, sopas de queso, etc., y existía un área separada dentro del mismo comedor para clases de Educación Formal y hábitos correctos para sentarse a la mesa, con la maestra ¨Yiya¨ al frente de esta actividad. Tuvimos excelentes profesores de un incipiente Destacamento Pedagógico de altos quilates formados de manera consciente y sin un ápice de preparación maratónica, donde primaba la calidad en sus clases lo mismo en un Taller de Dibujo o Educación Laboral, un Laboratorio de Química, de Física, de Idiomas o Biología, en el que la disección de una rana o una lagartija era tan asqueroso para unos, como natural y encantador para otros. En nuestro nivel había muchachas lindas y atractivas, pero pocas despuntaban aún con privilegiados cuerpos, entre las candidatas -hablando con el consenso casi general en lo que a gusto se refiere, no en el mío propio-: Maritza Payás, Lolita, Celeste, Lalita, Estela, y otras de las que no recuerdo su nombre ahora. Hasta estuvo permitido en los primeros años sacar una Reina o Estrella del grado y de la escuela con sus respectivos Luceros. No olvidamos la participación en la tabla gimnástica del XI Festival Mundial y de los Estudiantes donde no quedó sana una mata de areca en toda Ciudad de la Habana para las muchachas y bastones para los varones como parte del espectáculo; aquellos que no participaron en la tabla donaron 21 días de sus vacaciones trabajando en el campo, en saludo al Festival.
La preparación Cultural estuvo garantizada con un Bloque Cultural de respeto, con salas llenas de guitarras, talleres de Artes Plásticas, Danza, y otros, además de un Cine y Anfiteatros por doquier para el disfrute de una magnífica película o un ¨clavo¨ por obligación. Visitamos en masa el Teatro García Lorca para disfrutar del Ballet ¨La Bella Durmiente¨. Me imagino que fuimos los pioneros en tener una Cultura General Integral. No se escatimaba recursos en viajes de Círculos de Interés por muy lejos que fuera: fuimos a la Isla de la Juventud en el Ferry, fuimos a graduarnos casi todos al ¨Pico Turquino¨ y a las actividades extraescolares por toda La Habana, apoyados en una potente Base de Transporte de Ómnibus Girón con las 2 DINAS donadas por México y una de ellas conducida por el famoso ¨Manzanillo¨. La Salud siempre garantizada con un Hospital bien equipado, pero con sus incongruencias en el tratamiento como en cualquier lugar. Ideológicamente fuimos adoctrinados en el estudio y debate de libros que apenas entendíamos como ¨Hogueras¨ de Vladimir I. Lenin y otros, además de las Pruebas de Prensa semanales para estar al tanto del acontecer nacional e internacional. En el Deporte aprendimos de todo, pues existían los profesores, el equipamiento y uniformes necesarios, confeccionados estos últimos por nuestra (semiartesanal) Industria Deportiva. Un Gimnasio que no tenía nada que envidiarle al ¨Cerro Pelado¨ y donde algunos equipos nacionales realizaban sus secciones de entrenamiento. En las piscinas y tanque de clavados se competía lo mismo de día que de noche. El Tabloncillo fue escenario también de las competencias del equipo femenino de básquet de la escuela que en su totalidad eran de nuestro nivel.
La Arquitecta Maria V. Zardoya (Maribí), egresada de mi año, escribe acertadamente en un artículo sobre la arquitectura educacional de la Revolución, un fragmento que habla por si solo:… Las instalaciones estaban divididas en las áreas de secundaria y las áreas de “pre”. Así, pues, al pasar de un grado a otro, los alumnos se trasladaban a lo largo de la escuela cambiando de aulas y dormitorios, en un recorrido que sentían como escalones, como pasos sucesivos para llegar a la cima, como un tránsito hacia la culminación de los estudios. A lo largo de esa ruta, iban creciendo, madurando, haciéndose, y sobre todo, creyéndose, “más grandes e independientes”. Esa secuencia le otorgó una significación adicional a cada espacio. Para los que se iniciaban en séptimo grado, instalados a un extremo de la escuela, llegar al otro, a la meta, era la máxima aspiración…
Decir La Lenin es decir amor eterno a una escuela que nos enorgulleció a todos. Decir La Lenin es seguir soñando, de cuando en vez, con una Escuela que sigue marcando fuerte a cada nueva generación que allí se gradúa. Decir la Lenin es brindar día tras día un hermoso homenaje de recordación a nuestros compañeros de grado, fallecidos muy jóvenes: Luis Ernesto Peña, Lidio Ramón, Víctor Montesinos, Dagmara Prieto, Envida Pérez, Ileana Trejo, Jorge Luis Fiol, Juan Gualberto, Gladys Cabo de Vila Ordoñez (Coqui).
Decir La Lenin es decir Unidad y Hermandad de todos nosotros, NO importa el camino que hayan escogido otros, NO importa el país donde vivan, NO importa la ideología que tengan, porque ellos saben respetar la nuestra, la de los que nos quedamos; a pesar de las fronteras y las distancias, tratamos de mantenernos unidos a cualquier precio y por cualquier vía. Aun nos reunimos espontánea y voluntariamente 3 a 4 veces en el año, aun somos capaces de disfrutar cada encuentro como si fuera el último y volver a repetir los mismos pasajes de antaño, sin caer en la rutina y el aburrimiento. Somos todavía del EJT, un verdadero Ejército de Jóvenes Tembas que por siempre seguirá amándose y queriéndose como en los viejos tiempos. Para toda la Graduación V Aniversario (los de fuera y los que permanecemos juntos en esta tierra), mis Respetos y mi Amor sin límites.
Profesión: Ingeniería Agroindustrial Azucarera